y sé que eso está bien, que lo disfruto, y entonces sí, está bien
pero nos levantamos
desayunamos
achicamos los ojitos por el sol
acariciamos a un perrín del amor
y te vas
y ahí es cuando ¡bum! de repente el día se convierte en irreal
y miro el día, y miro el sol
y vos que te vas
y te saludo así,
con carita rara
y te digo chau así
con la voz para adentro
y es que odio ese momento, no porque te vas, sino porque no sé cuándo vas a volver. y es que en verdad lo pienso, y no sólo es porque no sé cuándo vas a volver. y es que mis cariños se basan en incertidumbres. y es que busco siempre alguien que no me quiera. y es que al mendigar afecto, te olvidás de lo que se siente recibirlo. y es que quiero que me digas te extraño. vos, ese vos que va cambiando, pero que siempre es vos, porque los voseo, les hablo, los pienso, los quiero. y ellos a mí nunca, y no sé por qué, pero por algún motivo se trata de eso. de buscar a los que no me buscan, a los que de casualidad, por ahí, me cruzaron, un ratito nomás, se quedaron, y amanecieron, desayunaron, achicaron los ojos, acariciaron un perro, y se fueron. y me dejaron ahí paradita a mí, en la puerta, en shorts, con toda la tristeza de mi cuerpo acumulada en los ojos, sin voz porque fue toda tragada. y con un día por delante que pasa lento, raro, solo.